Feminisme

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Grups d’empoderament feminista (I)

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  • Grupos de empoderamiento feminista y metodologías de educación  popular feminista, ¿cuál es su origen?  
  • ¿De qué hablamos cuando hablamos de empoderamiento feminista?  
  • La perspectiva de los cuidados en las organizaciones y empresas de  la economía social, solidaria y colaborativa
  • Miradas que nos interesan para aplicar en nuestras organizaciones

Antecedentes

  • Los grupos de autoconciencia feminista en EEUU  
  • las metodologías de educación popular feminista en  América Latina 

Grupos de autoconciencia feminista 

Una de las aportaciones más  significativas del movimiento feminista radical fue la organización en  grupos de autoconciencia, especialmente en NY.  

Antecedentes en EEUU: descontento con el capitalismo, falta de  confianza en los gobiernos, el libro “La mística de la feminidad” de Betty  Friedan (1963), gran presencia de mujeres en movimientos sociales por los  derechos de las personas racializadas, contra la guerra de Vietnam… pero  conciencia creciente de que las relaciones de poder hombres-mujeres  no se ponían en cuestión. 

Estos grupos de autoconciencia también bebieron de las fuentes del marco  teórico del feminismo radical, que a su vez fue inspirado por dos obras  fundamentales publicadas en 1970:  

Política sexual de Kate Millett y La dialéctica del sexo de Shulamith Firestone, obras que acuñaron conceptos fundamentales para el análisis  feminista posterior, como patriarcado, género y casta sexual.

¿Cómo funcionaban estos grupos?  

Esta práctica comenzó en el marco de New York Radical Women, una  organización feminista radical de la segunda ola en Nueva York (1967), la  activista Kathie Sarachild fue quien le dio el nombre de “consciousness raising”.  

Consistía en que cada mujer del grupo explicase las formas en que  experimentaba y sentía su opresión. El propósito de estos grupos era  «despertar la conciencia latente que todas las mujeres tenemos sobre nuestra  opresión» para propiciar «la reinterpretación política de la propia vida» y poner  las bases para su transformación. 

Con la autoconciencia también se pretendía que las mujeres de los  grupos se convirtieran en expertas en su opresión: estaban  construyendo la teoría desde la experiencia personal y no solamente  desde el filtro de las ideologías previas.  

Otra función importante de estos grupos fue la de contribuir a la  revalorización de la palabra y las experiencias de un colectivo  sistemáticamente inferiorizado y humillado a lo largo de la historia. 

Metodologías de educación popular feminista en América Latina

Éstas ponen en el centro la experiencia personal y organizativa de  las mujeres, así como su trayectoria personal de deconstrucción de la  subjetividad y prácticas patriarcales y de reconstrucción como  mujeres feministas.  

Recogen lo colectivo y la perspectiva de los cuidados como ejes  vertebradores. 

Perspectiva política feminista en la educación popular, ¿en qué consiste?  

  • Evidencia y denuncia sistemáticamente las opresiones de las mujeres por su  condición de género en el marco de las relaciones de poder ptriarcales.  
  • Visibiliza relaciones de poder patriarcales que han sido naturalizadas  
  • Concreta tanto en lo temático como en lo metodológico que lo personal es  político. Por eso desde el punto de vista metodológico siempre ancla las  reflexiones en lo personal y en la subjetividad como vínculo personal con el  mundo.  
  • Evidencia y cuestiona la heteronormatividad
  • Recupera las subjetividades, las emociones, el cuerpo y las  espiritualidades como lugares de producción 
  • Reconstruye las relaciones políticas entre mujeres y alimenta  rebeldías personales y colectivas.  
  • Visibiliza las diversidades, las brechas, las asimetrías y las opresiones  y las da lugar desde una mirada amorosa sororaria.
  • Relativiza el conocimiento centrado en la racionalidad patriarcal (desde el  gobierno del hemisferio izquierdo).  
  • Visibiliza las múltiples opresiones (género, clase, edad, etnia, opción sexual,  discapacidad, condición migratoria, etc.) y ayuda a crecer en la comprensión  sobre cómo se refuerzan unas a otras.  
  • No favorece el plus trabajo de las mujeres como forma de estar en el  mundo y de ser mujeres.  
  • Legitima los saberes y conocimientos de las mujeres. Les da crédito, cree  en que dan cuenta de la realidad.  
  • Pone la vida y los cuidados en el centro.

¿De qué hablamos cuando hablamos de  empoderamiento feminista? 

  • El empoderamiento: concepto “de moda”  
  • Se ha usado con muchos significados diferentes y por muchas disciplinas  distintas.  
  • Concepto acuñado originalmente por Paulo Freire 🡪 educación popular  
  • Movimiento de lucha por las libertades civiles (población negra en EEUU,  Black power) es el primer movimiento social que hace uso de este término  🡪 construir poder a partir de la reivindicación de la negritud. 

El empoderamiento está considerado como el proceso de  adquisición de poder en el ámbito individual y colectivo.  

Es una estrategia que propicia que las personas tomen el control de  sus vidas: establezcan sus propias agendas, desarrollen habilidades,  aumenten su confianza en sí mismas y resuelvan sus problemas.  

El significado de empoderamiento desde el feminismo está ligado a la  idea de que yo soy un sujeto actor que consigo poder. El empoderamiento, efectivamente, tiene que ver con ganar poder.  

El poder que interesa, dice Mosedale, es el que permite a las mujeres y  otros colectivos tradicionalmente oprimidos construir su propia  capacidad para cambiar los límites sociales que definen lo que es  posible para ellas. 

Poder: “Proceso mediante el cual las personas adquieren más  control (no simplemente acceso) sobre las decisiones que les  importan” Rowlands, 1997.  

El empoderamiento de las mujeres llama la atención sobre las  relaciones de poder entre hombres y mujeres. 

Marcela Lagarde 

Llamamos empoderarse al proceso de transformación mediante el cual cada mujer,  poco a poco y en ocasiones a grandes pasos, deja de ser objeto de la historia, la  política y la cultura, deja de ser el objeto de los otros, es decir, deja de ser-para-otros,  y se convierte en sujeta de la propia vida, en ser-para-sí-misma, en protagonista de la  historia, la cultura, la política y la vida social.  

Empoderarse implica para las mujeres dejar de ser la otra mitad del mundo o un  apéndice sometido y dependiente de los hombres y convertirse en la mitad de la  humanidad, la sociedad, la comunidad y el grupo, al ser protagonistas con equivalencia  de género en la sociedad, la cultura, la política, la economía, el desarrollo y la  democracia.  

Ser sujetos de la cultura en el sentido de pensar y sentir legitimidad para decir,  comunicar, actuar, experimentar y crear. 

El poder sobre: el poder como dominio  

Aquí hablamos de un poder como ejercicio de poder sobre otrxs.  

  • Habilidad de una persona para hacer que otras actúen en contra de  sus deseos.  
  • Capacidad que alguien tiene para sacar adelante sus propios intereses  en contra de los intereses de otro, mediante la utilización de  mecanismos diversos tales como obligar, impedir, prohibir, reprimir,  negar o invisibilizar los intereses de aquellos sobre los que se  ejerce dominio.

El poder sobre tiene tres caras:  

  • Poder visible: existe un conflicto y quien lo gana tiene el poder. Es un  recurso que se gana/se pierde, se ve. Ejemplos: políticas de protección de  víctimas de violencia; leyes contra la violencia machista, sentencias jurídicas  sin perspectiva de género “eso fue abuso, no violación”, etc. Hay mujeres  que tienen poder, lo ejercen, es visible. Pero esto no quiere decir que estén  empoderadas. Ejemplos: Cospedal, Merkel.  
  • Poder invisible: poder capaz de negar los intereses ajenos. Es el poder  más penetrante. Ejemplos: matrimonio, ¿qué implica?; la impunidad en  muchos casos de violencia –EEUU, Población negra; feminicidios…); la idea  de la víctima como culpable “algo habrá hecho”; “estas feministas hasta en  un piropo ven violencia, todo les molesta…”, etc.  
  • Poder oculto: violencias simbólicas y estructurales. Ejemplos: el tratamiento  de las violencias contra las mujeres en los MCS; revictimización de las  mujeres en los procesos judiciales, publicidad sexista, etc.

Redefiniendo el poder desde una mirada feminista  

No es un poder sobre otro. Es un poder personal y también colectivo, que busca  transformar.  

  • Poder sobre mí mismx: autocuidado, autoconciencia, autoconocimiento. Ganar  poder personal en el marco de mi familia, comunidad, equipo, relaciones sociales… 
  • Poder con: es el poder colectivo, ganar poder con otrxs colectivos oprimidos y con  intereses comunes.  
  • Poder para: poder para transformar la realidad junto a otrxs. Ejemplo: la lucha  política de las mujeres. Los equipos de organizaciones del tercer sector, de la  economía social, solidaria y colaborativa. 

Empoderamiento (Clara Murguialday, 2013) 

SIGNIFICADOS «DESCAFEINADOS» 

  • Participación 
  • Autoestima 
  • Capacidad de elegir 
  • Algo que ocurre sólo en mí  
  • Estado a alcanzar 

SIGNIFICADOS FEMINISTAS  

  • Ganar poder  
  • Agencia  
  • Elecciones vitales estratégicas  Un asunto relacional  
  • Proceso de cambio  

Participación vs Ganar poder 

  • La participación (en un espacio, en una formación, etc…) no implica  necesariamente el empoderamiento.  
  • La participación está menos interesada que el empoderamiento en cuestionar  las relaciones de poder. 
  • En la “Escalera de participación” tendríamos:  Participación pasiva -> Participación obediente -> Participación activa 

Autoestima vs Agencia 

El empoderamiento comienza por autovalorarse, quererse, reconocerse.  

Pero la construcción de una autovaloración positiva es una versión limitada del  empoderamiento 🡪 cargar sobre las mujeres la responsabilidad de sentirnos  con una alta autoestima, sin considerar que el entorno no nos valora.  

El problema de la autoestima de las mujeres es que la sociedad no valora  positivamente lo que somos, no sólo de cómo nos vemos nosotras.  

El significado feminista sería empoderamiento como agencia, habilidad de  una persona para definir sus propias metas y lograrlas, protagonismo,  capacidad de decidir.  

Sin agencia no hay empoderamiento. 

Capacidad de elegir vs. Elecciones vitales estratégicas 

No siempre elegir es empoderador: Elegir para seguir haciendo o hacer  mejor aquello que se supone que es adecuado hacer no es empoderador.  

Significado feminista: empoderamiento es la capacidad de realizar elecciones  relevantes. Es la “expansión de la habilidad de la persona para realizar  elecciones vitales estratégicas en contextos donde tal habilidad había sido  negada previamente” (Kabeer) 

¿En qué ámbitos hemos tenido negadas las habilidades de decidir? Por  ejemplo, durante mucho tiempo, en aquello relacionado con el cuerpo: mi  cuerpo es un espacio político.  

Pautas para evaluar cambios en la capacidad de elegir:  

  • Las condiciones en las que se elige 
  • Las consecuencias: afectan a aspectos vitales o secundarios El potencial transformador: si con esa elección se cuestiona el statu quo

Algo que sólo me ocurre a mi vs Un asunto  relacional 

El 4º significado débil de empoderamiento es “algo que me ocurre sólo a mí”,  una especie de “autorrealización ensimismada”.  

El significado feminista es otro: el empoderamiento es un asunto relacional.  

Yo me empodero en relación a otro. Es un asunto de las mujeres en las  relaciones de género en las que estamos inmersas, implica cuestionar las  relaciones de género, las relaciones de poder.  

Las relaciones sociales de género tienen que ver con cómo actuamos las  personas en tanto que seres sexuados: 

  • Pactos explícitos de género: por ejemplo, ¿quién hace qué en nuestra  organización? ¿quién toma la palabra? ¿Qué cobra cada cual? 
  • Pactos implícitos de género: una mujer que va sola de noche y ve una  sombra se le encoge el corazón. Forma parte de nuestra identidad femenina el  sentirnos amenazadas. También el liderazgo en las tareas de cuidados.

Estado que alcanzar vs Proceso de cambio 

El 5º significado débil de empoderamiento es “empoderamiento como un estado  a alcanzar”, es más, un estado que alcanzaré gracias a la intervención de  alguien externo que me va a empoderar.  

Esta idea implica que es un proceso lineal, con un inicio y un final, igual para  todas las mujeres. 

Según el enfoque feminista, el empoderamiento es un proceso de cambio. 

Es un proceso individual y colectivo que no puede ser otorgado por alguien  externo, lo que no quiere decir que agentes externos puedan tener un rol  catalizador. 

La perspectiva de los cuidados 

¿Por qué reflexionar sobre cuidados y  autocuidado en las organizaciones?  

  • Importancia, necesidad y urgencia de cuidarnos en los espacios laborales  
  • Características particulares del trabajo en defensa de DDHH, intervención  social, activismo… 
  • Convivencia a diario con altos niveles de estrés, presión, exigencia interna y  externa que se traduce en interminables listas de pendientes por hacer  
  • Estamos cansadxs, desgastadaxs, enfadadxs, agotadxs, a ratos  impotentemente desanimadxs, desesperanzadxs… 
  • Grandes cargas de trabajo o mala gestión del mismo (falta de priorización)  Altos niveles de ansiedad cronificada (y normalizada)  
  • Dificultad para parar y relajarnos  
  • El engaño del Homo economicus 
  • Personas y vulnerabilidad  Los cuidados son algo que todos necesitamos, desde que nacemos hasta que  morimos, es algo que recibimos y proporcionamos a lo largo de la vida.  Necesitamos urgentemente otra forma de relacionarnos, desde la lógica del  autocuidado y el cuidado a los y las demás. 
  • Una cuestión de justicia: mantener una lógica de burn out en el trabajo  influye negativamente en hombres y en mujeres, pero especialmente en  las mujeres (doble/triple jornada laboral, liderazgo del espacio privado, en  concreto el 3er sector está más feminizado) 
  • Autocuidado: además de un derecho y una responsabilidad personal ha  de ser también un compromiso colectivo y organizativo
  • Lógica de colaboración contra lógica de competitividad
  • Necesidad de garantizar la sostenibilidad de nuestros movimientos
  • Lo personal es realmente político 

Autocuidado: capacidad de lxs profesionales de  comprometerse con el trabajo de promoción  y defensa de los DDHH sin descuidar otros  aspectos de su vida y su salud, tanto física  como mental, que atañen al espacio laboral… .. pero no sólo al espacio laboral: también a  otras áreas vitales (alimentación, salud,  relaciones personales, amistades, estilo de vida,  etc.). 

¿Y por qué específicamente “Autocuidado para entidades del 3er Sector”?  

El trabajo en desarrollo y cooperación  internacional, en intervención social o el  activismo ostentan ciertas características que  lo diferencian de otras actividades y requieren  una atención y cuidado particulares para  sus trabajadoras, trabajadores y personal  voluntario. 

Veamos algunas de esas características propias del 3er Sector, de la  economía social, solidaria y colaborativa:  

  • Trabajo con y para las personas, en concreto, las poblaciones más  desfavorecidas  
  • En entornos socio-políticos y económicos muchas veces complejos  
  • Trabajo desarrollado en un marco de diversidad lingüística, cultural,  sexual y religiosa  
  • Con equipos sometidos a estrés, cambios continuos y en ocasiones  trabajando con grandes dosis de incertidumbre  
  • Siendo referentes éticos y morales para el resto de la sociedad 
  • Alto nivel de compromiso, implicación y auto-exigencia de las y los  trabajadores  
  • Trabajo en la defensa de los derechos humanos, con la lógica  exposición (directa o indirecta) a miseria, desigualdad, violencias e  injusticias 
  • Cultura activista: “siempre podemos esforzarnos, sacrificarnos y poner  un poco más de nuestra parte”  

¿Qué causas generan la “cultura del desgaste”? 

La problemáticas habituales de agotamiento o la desmotivación de los  equipos que trabajan en muchas entidades del 3er Sector nos han de llevar  a reflexionar sobre las formas en las que realizamos el trabajo.  

Algunas de las creencias y circunstancias que generan este desgaste son:  

  • Aquellas ligadas con condicionamientos de género: “soy cuidadora del mundo  y de los otros”  
  • Sobrecarga de responsabilidades  
  • Altos estándares de exigencia que  
  • impone el contexto o una/o misma/o 
  • Escasa atención al esparcimiento, ocio, la pareja, la vida familiar, etc.  Poca conciencia personal  
  • Elementos de la cultura institucional que pueden contribuir al estrés  (ejemplos: parece estar bien visto ir corriendo, con la lengua fuera, todo  para ayer, saturación de trabajo…)  
  • Obviar desde la institución y también a nivel personal un concepto  importantísimo: la “sostenibilidad” (en referencia a trabajar de manera  sostenible y no desgastante) 

Todo esto puede generar…  

  • Conflictos entre los roles familiares y las exigencias del trabajo, dificultad  para conciliar  
  • Agotamiento emocional de las trabajadoras/es  
  • Burn out

Algunos malestares físicos y emocionales

  • Problemas de salud relacionados con el estrés: dificultad para  dormir, para concentrarnos, dolores musculares, gastrointestinales,  articulares, menstruales, de cabeza, de espalda, dolor crónico,  bruxismo, tensión alta, adicciones, ansiedad, problemas de fertilidad,  pérdidas gestacionales, endometriosis, fibromialgia, problemas de  tiroides, en la piel, molestias asociadas a la menopausia u otros  malestares que dificultan nuestra salud sexual o reproductiva. 
  • Secuelas emocionales que conlleva estos niveles de exigencia:  Ansiedad, tristeza-depresión, enfado, agotamiento mental.  
    • Algunas personas a veces son cada vez más cínicas, desconfiadas,  críticas y descreídas (después de tanta entrega y tantas ilusiones puestas)  
    • Entonces necesitamos poner distancia, anestesiarnos y dejar de contactar  y empatizar con el dolor propio y ajeno para continuar trabajando, nos  insensibilizamos  
    • Son comunes las sensaciones de fracaso o de baja autoestima 
    • o todo lo contrario, desarrollamos ideas grandiosas sobre nuestra propia  importancia, sobre lo fundamental e imprescindible de nuestras acciones y  nuestra presencia  
    • Nos comportamos como héroes o heroínas salvadoras, descuidadas con  nosotras mismas y con nuestra salud física y emocional  
    • Incapaces de darnos cuenta de cuándo estamos sobrepasando nuestros  límites  
    • Con dificultades para pedir ayuda 

Normalizar… ¿lo innormalizable? 

  • Hemos normalizado altos niveles de presión, de sobre-activación mental,  enormes cargas de trabajo, jornadas inacabables… 
  • Con todo, seguimos rindiendo y siendo más o menos eficaces y eficientes ante  innumerables desafíos cotidianos  
  • A veces parece que debamos ganarnos el derecho a estar exhaustas/os para  poder detenernos a descansar  
  • ¿Cuánto tengo que esforzarme para lograr merecer ese  cuidado?  

¿Cómo podemos mantener nuestro compromiso con nuestra  organización, proyecto y al mismo tiempo mantenernos sanxs y que nuestra vida y trabajos  sean sostenibles? 

  • Necesitamos respetar nuestra salud, nuestro tiempo, nuestros  deseos, nuestros sueños, elecciones, placeres, necesidades, ritmos,  nuestras relaciones..  
  • Necesitamos escucharnos y apoyarnos entre nosotrxs.  Merecemos aflojar, descargar, priorizar.  
  • Necesitamos encontrar el bienestar y equilibrio en nosotrxs mismxs y en el interior de nuestras organizaciones y colectivos. 

De qué hablamos cuando nos referimos  al cuidado y el autocuidado  

  • Autocuidado: práctica de autoconocimiento. Va constantemente de lo  personal a lo colectivo y viceversa.  
  • Es una acción política: un compromiso con el cuidado propio y el de  otras y otros compañeros.  
  • Incorporación de espacios colectivos para expresar cómo hacer más  satisfactorio nuestro trabajo y cómo hacerlo sostenible 🡪 dualidad  sustentabilidad de nuestros movimientos/de nuestro buen vivir.
  • Es un proceso de reconocimiento de nuestras  necesidades e individualidades en la  pertenencia a una colectividad.  
  • Importancia de espacios cotidianos de ejercicio  de derechos: a hacer una pausa, vacaciones,  descansar… acciones que son parte del proyecto  de transformación social por el que luchamos.  
  • Reto del autocuidado: amamos lo que hacemos,  pero es clave poner límites para no  
  • desgastarnos en la búsqueda de un mundo  menos injusto 
  • El autocuidado es una herramienta que potencia nuestro poder y  nuestro aporte en los cambios que queremos generar 🡪 el logro que  queremos no depende solo de nosotrxs, y para que sea sostenible es  necesario que estemos bien individual y colectivamente.  
  • Autocuidado como mirada que  trasciende las prácticas  patriarcales: colaboro a los  cambios no desde el sacrificio y el  desgaste sino desde el gozo y el  equilibrio. También desde una  mirada de unidad.

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